La creciente popularidad de la realidad virtual ha generado una obligación al periodismo de avanzar junto con ella. La capacidad de entrar a esta «realidad» del mundo con un solo clic cambia por completo la narrativa periodística y la facilidad de acceso a la información para los usuarios virtuales. Con nuevos cambios, surge la duda sobre si este nuevo espacio de posibilidades es bueno para el actual periodismo.
Antonio Lorenzo, periodista pionero de la información tecnológica y director de la revista Digital 4.0, comenta sobre su experiencia con este periodismo virtual que asegura no se detendrá: «No se trata de una fiebre pasajera. Estos nuevos espacios digitales, donde pueden interactuar el mundo real y virtual, están llamados a abrir un nuevo capítulo en la historia de Internet».
El periodismo inmersivo permite que los usuarios se sumerjan dentro de las noticias y los sucesos más importantes a nivel nacional e internacional. Creando una nueva forma de desarrollar los cinco sentidos en la virtualidad, incluyendo el tacto.
Uno de los enfoques positivos más comentados a partir de esta nueva narrativa es la cercanía que desarrollarían los usuarios al «vivir» lo mismo que las personas dentro de las historias. Desarrollando una empatía y concientización de lo que sucede en el mundo.
Un claro ejemplo del periodismo inmersivo es la periodista Nonny de la Peña, pionera de la realidad virtual en temas de derechos humanos y sociales, quien ha desarrollado video reportajes en 360° para contar historias de no ficción. Entre ellos Hunger y Proyect Syria.
Con las ventajas de esta multimedia inmersiva, el periodismo no puede quedarse atrás. Adaptarse a este nuevo mundo virtual es una necesidad para seguirle el paso a los usuarios, en especial los jóvenes, que muy pronto utilizarán este nuevo universo para estudiar, trabajar, jugar, viajar… básicamente vivir.